20-01-2023 10:29 hs.

¿Qué pasó con aquella Ley de Talles?

CATEGORIAS

La ley establece un Sistema Unico Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI) en todo el país y rige para quienes comercializan vestimenta de manera presencial o por medios electrónicos. Hablamos de la Ley 27.521, la cual se aprobó en 2019 y su reglamentación fue en junio de 2021. 

A través del decreto 375/2021, el Poder Ejecutivo determinó que "será considerado acto discriminatorio cualquier práctica abusiva, vejatoria o estigmatizante referida al aspecto físico, género, orientación sexual, identidad de género u otra característica de las consumidoras y los consumidores".

Aún así, no está en completa vigencia el día de hoy. 

¿Sabías que en nuestro país siete de cada diez personas tienen problemas para encontrar ropa de su talle?

Esta poca diversidad puede generar problemas de salud, sobre todo porque muchas personas se van a exponer a realizar dietas muy restrictivas para encajar en determinados talles que impone una sociedad que es poco inclusiva.

Esta ley, que estamos esperando que se implemente, establece que la totalidad de la indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años de edad, deberá ser fabricada, confeccionada y comercializada de acuerdo a los talles estandarizados, según las medidas corporales de la población argentina, y esto surge de un estudio antropométrico que estuvo a cargo del INTI.

¿Por qué no se aplica?

En general la industria de la moda confecciona talles entre el 36 y el 42. Pero actualmente cada marca decide qué medida tiene ese talle. La Ley de Talles obliga a las firmas a ofrecer prendas basadas en una tabla de talles argentina.

La industria no ve como algo necesario que se implemente la ley. Por el contrario, entiende que esta atenta contra su economía.

En cambio, os impulsores de la ley piden que se implementarse cuanto antes. Porque, aunque avanza, la ley lo hace mucho más lento que la necesidad de los usuarios. Y poder vestirse es un derecho.


El objetivo del activismo es visibilizar y problematizar la segregación que sufren las personas por su aspecto físico, por el tamaño de sus cuerpos. Crecimos con la cultura de la delgadez, de las dietas y los estereotipos a cumplir.

"Creemos que si no hay representatividad, se van a seguir reforzando ciertos problemas que tiene nuestra sociedad, como la discriminación y los trastornos en la conducta alimentaria", comentó Mercedes Estruch, coordinadora de la ONG AnyBody.

 Y no es un dato menor: somos el segundo país, después de Japón, con mayores conflictos en la conducta alimentaria.

El activismo y la diversidad corporal buscan cuestionar los estereotipos, la jerarquización de las personas por su aspecto y promover la idea de que el tipo de cuerpo no sea una condición para acceder a ningún derecho, ni que sea una condición para algo. Generar y fomentar un cambio cultural en torno de la percepción de la apariencia física, la relación con el cuerpo y la alimentación, es fundamental.