Tras la inclusión de la carne de origen animal en el listado
de productos que contribuyen a la crisis climática, la ciudad de Haarlem
(Países Bajos) ha anunciado que no permitirá la presencia de anuncios que
inciten a su consumo en lugares como el transporte público, los escaparates o
las pantallas publicitarias.
El municipio de 160.000 habitantes se convierte así en la
primera ciudad del mundo en adoptar esta medida. La decisión ha generado
críticas desde la industria cárnica, quien insiste en que el ayuntamiento "está
yendo demasiado lejos al decirle a los ciudadanos lo que es mejor para ellos."
Por su parte, la concejala Ziggy Klazes, del partido GroenLinks y redactora de esta moción, ha declarado en una entrevista en la radio que ?no se trata de lo que cada quien hornea y asa en su propia cocina; si la gente quiere seguir comiendo carne, bien? Pero no podemos decirle a la gente que hay una crisis climática y animarla a comprar productos que son parte de la causa?.
Klazes ha reconocido que mucha gente se puede sentir indignada con esta prohibición, pero que también hay muchas otras personas que piensan que está bien. Según ella, hay varios grupos de GroenLinks a nivel nacional que están de acuerdo con la idea y planean aplicarla de aquí en adelante.
La polémica decisión llega tras varios meses de revueltas
por parte de los ganaderos holandeses como respuesta a la intención del
Gobierno de reducir las emisiones de nitrógeno en un 50% para el año 2030. Para
lograr este objetivo, una de las medidas propuestas es reducir el conjunto del
ganado de todas las especies destinadas a consumo humano en un 30%.