Una empresa en Taiwán decidió aprovechar este desecho desarrollando cargadores de teléfonos usando máscaras quirúrgicas recicladas.
El fundador de la empresa taiwanesa Miniwiz, Arthur Huang, explicó a los medios de comunicación que "cada tres minutos podemos hacer un cargador con máscaras faciales que pueden reducir los desechos locales en un producto valioso".
El desarrollo de este producto se dio en colaboración con la empresa Fubon Financial Holding; según su presidente, Danielk Tsai, la empresa comenzó a notar que los desechos médicos se habían convertido rápidamente en un problema grave para el mundo. En particular las mascarillas quirúrgicas o cubrebocas, lo que planteo un nuevo problema que para el que no se estaba preparado.
La empresa, Miniwiz, desarrolló una máquina llamada "Trashpresso" la cual combina una trituradora, un compresor y un brazo metálico para producir automáticamente parte de los cargadores.