Coronavirus: creador de la Ley BioWeapons dice que el coronavirus es un arma de guerra biológica
Francis Boyle redactó la Ley de Armas Biológicas y declaró que el coronavirus Wuhan 2019 es un arma ofensiva de guerra biológica y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo sabe.
Es profesor de derecho internacional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Illinois. Redactó la legislación de implementación nacional de los EE. UU. Para la Convención de Armas Biológicas, conocida como la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de 1989, que fue aprobada por unanimidad por ambas Cámaras del Congreso de los EE. UU. y promulgada por el presidente George H.W. Arbusto.
Fue en una entrevista que brindó a Geopolitic and Empire, el Dr. Boyle discute el brote de coronavirus en Wuhan, China y el laboratorio de Bioseguridad Nivel 4 (BSL-4) del cual cree que la enfermedad infecciosa escapó.
Él cree que el virus es potencialmente letal y un arma de guerra biológica ofensiva o un agente de armas de guerra biológica de doble uso genéticamente modificado con propiedades de ganancia de función, por lo que el gobierno chino originalmente trató de ocultarlo y ahora está tomando medidas drásticas para contenerlo. El laboratorio Wuhan BSL-4 también es un laboratorio de investigación especialmente designado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Dr. Boyle sostiene que la OMS sabe muy bien lo que está ocurriendo.
La posición del Dr. Boyle está en marcado contraste con la narrativa de los principales medios de comunicación del virus que se origina en el mercado de mariscos, que muchos expertos cuestionan cada vez más.
A propósito, la Dirección sostiene que en relación con un seguimiento del cumplimiento de las normas internacionales que prohíben la proliferación de armas de destrucción masiva, prohibición que rige también para nuestro país a partir de la adhesión a los distintos tratados, incluido el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, existió en un momento en el área del Ministerio de Defensa una comisión, pero se desmanteló en la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Era una Comisión en la que estaban representados también la Cancillería y el Ministerio de Economía. Tenía a su cargo el monitoreo del cumplimento por parte de Argentina de las normas internacionales (establecidas en distintos Tratados de los que nuestro país es parte) que prohíben la proliferación de armas de destrucción masiva, es decir, las nucleares, las armas químicas y las armas biológicas.
Un problema serio es que en el ámbito internacional no existe un organismo de control de cumplimiento de las normas internacionales que prohíben las armas biológicas, como sí existen para las armas nucleares (el OIEA – Organismo Internacional de Energía Atómica con sede en Viena) y para las Armas Químicas (la OPAQ – Organismo para la Prohibición de Armas Químicas con sede en La Haya).
Es inquietante la ausencia de un control internacional especifico de la investigación y eventual proliferación de armas biológicas. (Con información de Great Game India).